jueves, 1 de noviembre de 2007

Flores automáticas

A lo largo de los años he visto muchas máquinas dispensadoras de todo tipo de productos. Las más habituales son las que venden refrescos, pero también se pueden encontrar las que ofrecen tras su cristal bollos, caramelos, aperitivos dulces y salados, helados, café, y hasta platos cocinados listos para calentar en el microondas.

Hace unos días, bajando al metro, en el vestíbulo me encontré con una máquina dispensadora hasta el momento desconocida para mí. ¿Qué ofrece? Ramos de flores. Sí, ramos de flores. Yo también aluciné. Perfectamente colocadas, refrigeradas, y dando vueltas. Puedes seleccionar el ramo concreto que quieres llevarte, lo cual es de agradecer, y por la módica cantidad de 14 euros, salir de un apuro en cualquier momento del día.

Aún no he visto a nadie sacar un ramo de esa máquina, pero supongo que, como tantas cosas, dejará de ser un fenómeno extraño para convertirse en algo de lo más normal. No sé qué les parecerá a los floristeros; por lo que a mí respecta pueden estar tranquilos, porque prefiero comprárselos a alguien, y no a algo. Aunque quizá para salir de un aprieto...

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