domingo, 1 de abril de 2007

Pequeño

Hace tiempo escuché que siempre hay un momento en nuestra vida en el que tomamos conciencia de nuestra pequeñez. ¿Te ha sucedido?


Yo no recuerdo cuándo fue la primera vez que tuve esa sensación, pero es algo que me ocurre constantemente. Me detengo por un instante, y una especie de vértigo momentáneo me paraliza. Me siento una partícula minúscula dentro de un colosal engranaje.

No necesito mirar al universo, ni al planeta Tierra, ni a mi continente, país, región... basta con mirar a mi alrededor pensando en todo lo que me muestran mis ojos, y de dónde viene, para sentir que no soy más que eso: un ser pequeño, que aparentemente pinta bastante poco.

Pero ya se sabe: el desierto está hecho de granos de arena; el océano lo está de gotas; tú, yo, ... todos pequeños. Sin ti, sin mí, sin el resto, seguro que no sería igual.



Ilustración: http://www.exploraquinta.ucv.cl/imag/full03/s9/g6/b2_2.htm

Rostros conocidos

Hasta hace no mucho, los rostros que aparecían ante mí eran rostros conocidos. Personas que veía casi a diario; familia, amigos, compañeros...


Digo que eran rostros conocidos porque más allá del aspecto puramente fisiológico, detrás de esas caras había historias que no me eran ajenas, y que en cierto modo consideraba también parte de la mía.

De un tiempo a esta parte, muchas de esas caras se han difuminado hasta casi borrarse. Sucede que no sólo he dejado de verlas, sino que además sus vidas son caminos que ya no me cruzo.

Ahora los rostros conocidos son vecinos, gente del pueblo, del edificio donde trabajo.. pero son sólo eso, rostros.