jueves, 17 de agosto de 2006

Ratas de oficina

No, no pienses que voy a hablar de esos adorables roedores. De momento no he visto ninguno en mi oficina (y espero no hacerlo nunca).

Esta mirada se refiere a los que nos pasamos el día encerrados en una oficina, sentados frente al ordenador, con más o menos cosas útiles que hacer.

Hace ya más de un año que nos subieron a la tercera planta de este edificio gris (gris en todos los sentidos), lleno de ratas de oficina.

Algunos son compañeros de trabajo; de otros, ni siquiera sé el nombre, o sí que lo sé, pero poco más. No pasamos de ser completos extraños de esos que, con un poco de suerte, hacen el esfuerzo de saludarse cuando se cruzan por los pasillos (y no siempre, porque hay personas más agradables que otras)

El caso es que tampoco tengo un especial interés en conocer la vida y milagros de esas personas, pero como la vida es como es, siempre me tiene reservada alguna sorpresa.

Hace tan solo unas semanas me enteré de que un compañero, además de ser una máquina programando, se dedica a componer sus propias canciones, e incluso actua de vez en cuando en locales. Quién lo diría, pensaba yo, pero al momento me dí cuenta de que hace muy pocos años yo estaba en la misma situación (¿qué fue de aquello?)

Tengo alma de cotilla, no puedo negarlo (aunque sobrevivo sin programas casposos de tele-basura) Esta tarde he visto que otro chaval de la oficina, que se sienta un par de mesas delante de mí, estaba escribiendo en su propio blog, y no he podido evitar meterme en internet y no parar hasta encontrarlo. Ha habido suerte, y el hallazgo me ha servido para varias cosas.

Por un lado, confirmar una sospecha que tenía desde que le vi por primera vez en la oficina hará más de un año (sospecha que te quedas sin saber; porque en este caso cierro los ojos :o)) Por otra parte, ha quedado demostrado que los que aquí pasamos más de la mitad de nuestra jornada somos completos extraños: hombres grises como los de Momo. Y por último, he descubierto que en esto de los blogs no soy más que un pipiolo que apenas tiene idea de qué va la cosa (vamos, que estoy verde, verde). Porque el blog de este chico me ha dejado impresionado. Bueno, no ha sido el blog lo que me ha dejado impresionado; yo creo que más bien se trata del contenido, bien distinto de estas miradas que capturo con mi telescopio.

Pero ¡ay de mí si me pasara el día comparándome con los demás! No creé este observatorio para competir con nadie, ni pienso hacerlo, así que tendrás que seguir aguantando esta forma que tengo de ver las cosas, aunque internet está lleno de blogs y eres libre de mudarte cuando quieras; pero que sepas que siempre habrá hueco para ti en este observatorio, si es que no le afecta de alguna forma el anuncio de que es posible que dentro de muy poco el sistema solar pase a tener doce planetas en lugar de nueve. Sí, sí, como lo oyes: hasta el sistema solar que conocíamos no es lo que parecía...

No hay comentarios: