martes, 8 de agosto de 2006

De otra pasta

Acaba de terminar la prueba de 20 km marcha en los campeonatos de Europa de atletismo. Paquillo Fernández ha dado una auténtica lección y se ha hecho con el oro. Valor seguro.

Otros dos marchadores no han corrido igual suerte: Juan Manuel Molina ha sido descalificado cuando le quedaban unos pocos kilómetros (estaba en la lucha por las medallas), y Benjamín Sánchez, que debutaba en estos campeonatos, ha quedado décimo tercero.

Aparte del derroche físico de estos Deportistas (sí, con D mayúscula) me llama mucho la atención cuando se acercan a la zona mixta para ser entrevistados. Sucede lo mismo con los nadadores. Son auténticos superhéroes, pero de carne y hueso, como tú y como yo. Gente normal, que se expresa de corazón, sin las típicas frases hechas tan manidas por otras figuras de mayor repercusión mediática (¿quién no ha oído mil veces expresiones del tipo "el fútbol es así"?)

Contrasta la alegría de Paquillo, consciente de la gran carrera que ha realizado, pero sin olvidar a todos los que le han ayudado, en oposición a la rabia contenida y las lágrimas de Juan Manuel Molina, que a pesar de todo lanzaba a su gente el mensaje de que piensa seguir luchando por conseguir nuevos éxitos. Y entre ambos, Benjamín, que sí que ha terminado con gesto de auténtico sufrimiento, en parte debido a una reciente faringitis; su evidente decepción daba paso a la esperanza de futuro que supone para esta disciplina.

Durante la competición de marcha se habían disputado las semifinales de los 100 metros lisos. Por primera vez en la historia había dos españoles compitiendo por meterse en la final. Pero qué distinta (y qué humana) la reacción que cada uno ha tenido ante su resultado: uno ha quedado séptimo, y completamente decepcionado, pues se veía claramente que soñaba con estar en la final; el otro, sin embargo, se daba por más que satisfecho con haber llegado a semifinales, aún siendo octavo.

Ya lo he dicho: para mí son héroes. Gente normal, pero de otra pasta.

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