jueves, 18 de octubre de 2007

Casualidades

Ayer, leyendo un periódico gratuito, me encontré con una noticia cuando menos curiosa: un hombre y una mujer, descontentos en sus respectivos matrimonios, habían entablado amistad a través de internet. Esa amistad había cuajado en algo más, y cuál fue su sorpresa el día que quedaron para conocerse en persona al descubrir que su nuevo amor era, ni más ni menos, su actual cónyuge. La consecuencia: divorcio, alegando infidelidad del otro. Tomaron ese camino como podían haber tomado el contrario, sacando algo bueno de toda esta situación casual. Esto sucedió en Bosnia, pero hoy en día podría pasar en casi cualquier parte.

No lo recuerdo muy bien, pero hace unos años creo que oí una historia de un taxista que había sido asesinado por un hombre que le confundió con el amante de su mujer. El error se debió a la coincidencia entre el nombre del amante y del desgraciado taxista. Fatal casualidad.

Hay gente que no cree en la suerte, ni en el destino; tampoco en las casualidades, ni nada que se le parezca. Yo no lo tengo demasiado claro, pero simplemente echando un vistazo a estas dos historias, da qué pensar...

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