martes, 20 de marzo de 2007

Y la luna se ríe

Esta noche volviendo a casa la he visto: en su papel protagonista, como siempre. Apenas le basta mostrar una pequeña porción de sí misma para captar mi atención (y seguro que no he sido el único). Pero hoy no me lo puede negar: la he visto, se estaba riendo. Y lo hacía, como diríamos el común de los mortales, de oreja a oreja.


Me parece a mí que se reía de nosotros. Desde ahí arriba nos ha visto tiritar, con la sopresa en la cara, porque este año el invierno ha decidido despedirse haciendo acto de presencia. Y ella no ha podido evitar que se le escapara esa sonrisa pícara...

Ilustración: www.mundopoesia.com

sábado, 10 de marzo de 2007

Bienvenido

4 kg. 53 cm. Ocho de la tarde del ocho de marzo. Ha llegado Nacho, el primer hijo de Elena y Santi, dos grandes amigos.

Esta tarde les he visitado en el hospital. No son los primeros amigos que tienen un niño, pero la situación es especial porque, como ya he dicho, se trata de dos grandes amigos. Y si encima se une que Nacho era un niño muy pero que muy deseado por todos, poco más queda que decir.

Me gustaría describir la maravillosa imagen que he presenciado al entrar en la habitación, aunque como siempre, temo no ser capaz de encontrar las palabras adecuadas. Pero no queda otro remedio; en este caso creo que por respeto a ellos no habrá más imagen que mi descripción.

Elena estaba sentada; imagino que harta de pasar muchas horas en la cama. En el otro sillón estaba Santi, bien acomodado, y con un bichillo dormido sobre su pecho. Todo lo grande el padre, todo lo pequeño el hijo. Una de esas imágenes que las ves y al instante te transmiten paz, ternura, y un deseo de estar en el lugar de ¿ambos? Algo difícil en mi caso: demasiado grande para ser durmiente, y demasiado poca cosa para ser lecho.

Pero antes de todo esto, antes de entrar, me he encontrado en la puerta de la habitación un montón de flores y un cartel enorme que decía "Bienvenido". Una vez dentro, había otros dos carteles parecidos, con la misma palabra. Tan sencillo y tan certero.

Te agradezco tu llegada y, como un cartel más, te digo: "Bienvenido".

domingo, 4 de marzo de 2007

Estaciones de paso

Este año el invierno no ha pasado por aquí. Me parece que con tanto cambio climático ha pensado que mejor se quedaba en casita, no se fuera a derretir.


Se ha limitado a dejar que el otoño se fuera diluyendo poco a poco hasta que la primavera le tomara el testigo o, como si se tratara de la cola del mercado o la sala de espera del hospital, le diera la vez.

Hoy he salido a dar una vuelta corriendo por los caminos que rodean mi pueblo, y la primavera lo llenaba todo: los campos que recuperan el verde intenso, el río que lleva tanta agua que resulta imposible vadearlo, el sol que ha hecho aparecer las primeras camisetas de tirantes, y un montón de sonidos que parecían olvidados desde hacía semanas.

Es otro de esos momentos perfectos para encauzar un cambio de rumbo, lo mismo que sucede en septiembre y en año nuevo. Habrá que probar.

Mientras tanto, levanto la mirada y ya no veo al invierno; está lejos, lejos, lejos...

Ilustración: Yoshiro Tachibana