Estaciones de paso
Este año el invierno no ha pasado por aquí. Me parece que con tanto cambio climático ha pensado que mejor se quedaba en casita, no se fuera a derretir.
Se ha limitado a dejar que el otoño se fuera diluyendo poco a poco hasta que la primavera le tomara el testigo o, como si se tratara de la cola del mercado o la sala de espera del hospital, le diera la vez.
Hoy he salido a dar una vuelta corriendo por los caminos que rodean mi pueblo, y la primavera lo llenaba todo: los campos que recuperan el verde intenso, el río que lleva tanta agua que resulta imposible vadearlo, el sol que ha hecho aparecer las primeras camisetas de tirantes, y un montón de sonidos que parecían olvidados desde hacía semanas.
Es otro de esos momentos perfectos para encauzar un cambio de rumbo, lo mismo que sucede en septiembre y en año nuevo. Habrá que probar.
Mientras tanto, levanto la mirada y ya no veo al invierno; está lejos, lejos, lejos...
Ilustración: Yoshiro Tachibana
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