miércoles, 25 de julio de 2012

Ojo por ojo...

Voy a ser un poco bestia hoy, lo sé. Y que conste que es algo que he dejado reposar, aunque no sé si en este caso es mejor así. 

Quiero hablar de determinados comportamientos que provocan en mí un deseo de llevar hasta el extremo aquella cita bíblica de ojo por ojo, diente por diente

Hace sólo un par de días que se declaró un incendio en la provincia de Girona que ha arrasado miles de hectáreas y, según parece, el origen podría haber sido una colilla arrojada desde un coche. Ese simple gesto que para algunos carece de importancia ha supuesto la muerte de varias personas, la desgracia para muchas otras y la pérdida de recursos naturales. 

Ayer al bajar del autobús la marquesina tenía uno de sus cristales completamente destrozado. Es algo que también suele verse con frecuencia. 

Son sólo dos ejemplos pero se me ocurren unos cuantos más (tirar colillas o chicles al suelo en plena calle o en los urinarios atascándolos, pintadas que nada tienen que ver con el grafiti...) y cada vez que veo algo así dudo entre preguntarme a lo Mourinho ¿por qué? o directamente dar rienda suelta a mi indignación pensando en medidas que aplicaría al anónimo responsable: 
  • ¿Por qué tirar la colilla o el chicle al suelo? ¿Lo haces también en tu casa? Si no tiras otras cosas al suelo (papeles, botellas, etc.) ¿por qué esto sí? Solución: llenarte el suelo de casa de chicles y colillas, a ver qué te parece...
  • ¿Por qué tirar el chicle, la colilla o lo que sea y atascar el urinario? (Aquí empieza mi lado bestia) Fenomenal, ahora vas a recoger con la boca, sin manos, el chicle de su sitio, así no se te olvida...
  • ¿Por qué lanzar la colilla por la ventana del coche y provocar un fuego? Vamos a dejar la colilla encendida dentro del coche, y a cerrar bien las puertas por fuera, a ver cómo lo ves... 
  • ¿Y la luna de la parada del autobús? ¿Que la rompiste de una pedrada? Vale, trae la piedra y pon la cara, que te voy a explicar lo que se siente cuando te la revienta una piedra... 

Sí, es muy bestia, lo sé, pero yo creo que sería un poco más fácil pensar las cosas sólo medio segundo más antes de hacerlas. Por suerte, yo me lo pienso ;)